25. Oaxaca (primera parte)

Eduardo Liendro piensa que para cambiar las ideas de la masculinidad tradicional se debe hacer todo un cambio cultural. El cambio en el paradigma de masculinidad tradicional requiere entonces de políticas públicas en la educación, los medios de comunicación, las instituciones, y como en el caso de Oaxaca, donde aun existe una gran diversidad cultural, habrá que poner especial cuidado de trabajar en armonía con las costumbres y la tradición.

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Oaxaca es la adaptación lingüística que hicieron los españoles de la voz náhuatl Huáxyacac, “nariz o punta de los Huajes”, nombre que impusieron los conquistadores aztecas a esta tierra que extiende sus raíces en lo más profundo de México. Aquí, las tradiciones no han sido desplazadas del todo por la modernidad y en gran medida se debe a que aproximadamente 6 de cada 10 de sus habitantes pertenecen a algún grupo étnico, de ahí que las tradiciones y costumbres sean tan importantes para esta población.

Sin embargo, en la actualidad, algunas de esas tradiciones se van desdibujando porque se hacen diversas lecturas de ellas, por ejemplo “El rapto”. Tradicionalmente en el Itzmo, el hombre se roba a la novia para tener relaciones sexuales, cobijados por el entorno familiar; después de que el raptor comunica a su madre que la novia era virgen, empieza la fiesta para celebrar ese símbolo de pureza y honor.

Una versión diferente se encuentra también por aquella zonas: jóvenes mujeres son intercambiadas por alcohol, vacas u otro tipo de bienes económicos.

Eduardo Liendro Zingoni es Antropólogo Social, activista y fundador de organizaciones civiles como CORIAC (Colectivo de Hombres por Relaciones Igualitarias, A.C.), la Asociación Civil “Diversidades” y hace cinco años creó un programa contra la violencia dirigida hacia los hombres llamada “Viento a Favor”, actualmente es Consultor del Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO).

Eduardo ha realizado trabajo con hombres dentro de las comunidades oaxaqueñas y él opina que es necesario tomar en cuenta las costumbres y tradiciones cuando se habla de construcción de masculinidades en Oaxaca.

En el estado de Oaxaca 417 municipios de los 507 existentes, eligen a sus representantes mediante lo que el Código Electoral Oaxaqueño denomina “sistemas normativos internos”, lo que comúnmente se conoce como “Usos y Costumbres”. En las comunidades indígenas de esta entidad la política y los aspectos socioculturales se rigen a partir de tradiciones ancestrales, donde los habitantes están muy involucrados con lo que sucede en su comunidad. Eduardo Liendro menciona que la resistencia de estas comunidades al cambio hacia la equidad de género, está dada por el temor a que se transgredan sus costumbres, así como su vida social y económica.

Otra particularidad de la cultura del Itzmo en Oaxaca es el de las personas llamadas muxes. Eduardo Liendro opina que, a pesar de que los muxes tienen un reconocimiento ancestral en el Itzmo, eso no impide que en la actualidad, sean víctimas de la violencia que ejerce la masculinidad hegemónica sobre ellos.

Eduardo Liendro piensa que para cambiar las ideas de la masculinidad tradicional se debe hacer todo un cambio cultural y en este asunto la educación juega un papel protagónico; sin embargo, según estadísticas del INEGI, en Oaxaca el 16 % de su población es analfabeta y el promedio de escolaridad es de 6.9, es decir, el equivalente al primer año de secundaria.

A pesar de que Oaxaca es una sociedad muy tradicional también es cierto que se han generado cambios dentro de ella debido a fenómenos sociales como la migración. Según cifras del INEGI entre 2005 y 2010 salieron de Oaxaca alrededor de 60 mil personas; de cada 5 emigrantes 4 eran hombres.

El cambio en el paradigma de masculinidad tradicional requiere entonces de políticas públicas en la educación, los medios de comunicación, las instituciones, y como en el caso de Oaxaca, donde aun existe una gran diversidad cultural, habrá que poner especial cuidado de trabajar en armonía con las costumbres y la tradición.